Grupo pro Palestina intenta frenar concierto de rapera israelí en CDMX
Elementos policíacos desplegaron un dispositivo de seguridad en inmediaciones del lugar, donde se registraron empujones y se arrojaron algunos objetos.
Elementos policíacos evitaron que un grupo de manifestantes pro Palestina irrumpiera en un auditorio de la colonia Roma en la Ciudad de México, en el que se llevaba a cabo el concierto de una cantante de origen israelí.
Reportes policíacos señalan que el hecho se registró alrededor de las 19:00 horas en el Foro Indie Rocks ubicado en la calle Zacatecas, donde se presentaba la rapera Noga Erez.
Querían boicotear el concierto
Los agentes de la Policía Metropolitana de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) intervinieron cuando un grupo de personas quiso entrar al auditorio y los participantes lo impidieron.
Portando cascos y escudos, los elementos policíacos desplegaron un dispositivo de seguridad en inmediaciones del lugar, donde se registraron empujones y se arrojaron algunos objetos.
Sin embargo, hasta anoche la SSC informó que no se reportaron personas heridas ni detenidas, «dado que los que querían ingresar se dispersaron».
El conflicto Israel-Palestina
La razón por la que muchas personas y movimientos propalestinos están tan enojados con el gobierno israelí —y por extensión con quienes perciben como sus representantes o defensores— tiene raíces muy profundas, históricas y también emocionales. No es un enojo reciente ni superficial: vine de décadas de conflicto, ocupación y violencia en una de las regiones más complejas del mundo.
Inicios del Siglo XX
Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1948, se creó el Estado de Israel. Esto ocurrió en un territorio que por siglos había sido habitado en su mayoría por árabes palestinos. La fundación del nuevo país, respaldada por potencias occidentales y la ONU, significó para muchos palestinos la pérdida de sus tierras, sus hogares y su identidad nacional. A ese suceso lo llaman Nakba (la “catástrofe”), porque más de 700 000 personas fueron desplazadas y nunca pudieron regresar. Desde entonces, el enojo palestino se mezcla con un sentimiento de injusticia, despojo y humillación que ha pasado de generación en generación.
Ocupación y desigualdad
A lo largo de los años, Israel ha ocupado territorios como Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza. En estos lugares, los palestinos viven bajo restricciones de movimiento, bloqueos, demoliciones de viviendas y falta de acceso a recursos básicos como agua o electricidad.
Mientras tanto, el gobierno israelí ha permitido la creación de asentamientos —colonias habitadas por israelíes— en tierras que la ONU reconoce como palestinas. Para la población propalestina, esto no solo es una violación del derecho internacional, sino una forma moderna de colonización.
Israel es una potencia militar con el respaldo de EU, mientras que los palestinos, en gran parte, viven sin Estado propio, bajo ocupación y con escaso reconocimiento internacional.
Violencia
En la Franja de Gaza, controlada por el grupo Hamás desde 2007, los enfrentamientos con Israel han sido frecuentes. Cada guerra o bombardeo deja miles de civiles muertos, en su mayoría palestinos. La comunidad propalestina observa que, mientras Israel justifica sus ataques como defensa contra el terrorismo, la mayoría de las víctimas son niños y familias comunes.
Esto ha generado un enorme resentimiento y una sensación de impunidad: Israel actúa con poder militar desproporcionado y pocas consecuencias internacionales. Muchos ven en ello un trato injusto, donde la vida palestina parece valer menos.
Indignación global
Hoy, las redes sociales han hecho visibles las imágenes del sufrimiento palestino: bombardeos en Gaza, desplazamientos forzados, hospitales destruidos y niños bajo los escombros. Estas escenas provocan indignación y empatía en personas de todas partes, que se identifican con la causa palestina como un símbolo de lucha contra la opresión y el colonialismo.
